Yo, era una persona tranquila y sana
hasta que heredé una pequeña fortuna,
por consejos familiares y de amigos
la ingrese a la Bolsa de Valores de Lima.
Los primeros meses fueron de augurio
presagio de una buena inversión
mi felicidad se daba por descontada
la familia se sentía muy segura.
El entrar de lleno al negocio bursátil
uno sueña como un aventurero
los metales preciosos elevaban sus precios
todos los días, obtuve generosas utilidades.
Mi salud persistía inquebrantable
estaba como en el aire con los réditos
con utilidades abundantes por mucho tiempo
mis hijos ingresaron a los mejores colegios.
Hasta que llegó un misterioso economista
que era puro apellido, que de Bolsa de Valores
lo nombran Ministro de Relaciones Exteriores
aun así no pudo tranquilizar las inversiones.
Fueron cayendo las acciones del Mercado Bursátil
los commodoties de metales preciosos habían
descendido clamorasamente, como barco que va al garete
sin brújula sin círculos concéntricos y guías.
Estas bajadas de la bolsa de valores
ocasionaron mi internamiento en una
clínica local resquebrando mi salud
por la mala inversión y confianza.
Depositada en el ex Ministro de Marras
Tuve que consultar con un medico gastroenterólogo
me recetó medicinas para el control de mis esfinters
anular que regula el excremento rectal.
Ninguna medicina me hizo efecto
cambie de médico a un internista
mientras yo perdía mis acciones en la bolsa
también fue infructuosa ineficaz para mis males.
No podía retener mi inversión en la Bolsa de Lima
tampoco contener mis residuos corporales
no hacían efecto las medicinas del médico internista
recordándome que busque a un medico psiquiatra.
El cuestionado economista que fue Ministro RR.EE.
fugo del Perú y después de un tiempo
está detenido en un país en el Continente Asiático
y lo sentenciaron por 9 años de ese continente,
por el mal manejo de la Bolsa de Valores de ese país.
Me hice tratar por el médico psiquiatra
no he encontrado medicina alguna para mis males
la evacuación de mi vientre estomacal
con la medicina del medico psiquiatra, expelo igual
pero con una tranquilidad pasmosa.