Llevo casi 3 años sin agua
en Lima nunca llueve
garúa, tan sólo llovizna.
La llovizna es como el rocío
pero aquí estoy parado
sin torcer, sin regatear nada
derecho, pero herido en mi corteza.
Unos malditos, quisieron demostrar su amor
grabando sus nombres en mi piel,
en un corazón sus apodos,
Beto y Rochi con un centímetro
de profundidad.
En el lejano Oeste Americano
marcaban a las reses
con fierro candente
el origen de sus ranchos.
Grabar estos nombres
tan profundo en la corteza
de un árbol, escomo hacerle
la autopsia a un ser humano vivo
lo de junio del año 2010
cayó una garúa, por casi 6 horas.
Bendito rocío que me has vuelto a la vida,
he florecido con ramas nuevas,
estoy reverdeciendo, con florcitas
color rosadas y se han tornado
violeta.
Agua, bendita seas
he revivido, el líquido elemento
es como Biagra para el hombre,
erecta, no importa donde lo
meta, siempre y cuando no sea
con el sexo equivocado, esa es la meta.
Estoy derecho, aunque mal trecho
por el olvido del clima de ésta Lima
que ya se fue. A los migrantes que
han traído pobreza, no les interesa
que fui ciudad jardín, otrora amada
por Chabuca Granda, Alicia Maguiña.
Con tintes costumbrista, con salero y maña
nadie compone los valses criollos
no hay músicos, ni cantantes nuevos.
No sienten nada, que los bailes y la música
es la identidad nuestra, huaynos, yaravis,
marineras, valses, polkas y tristes con fuga de
tonderos, es lo que más quiero.
Que vuelvan los carnavales, con sus
yunzas y máscaras que es eso lo que mas
necesitamos, para huir de la mediocridad
y del olvido.
Agua es lo que quiero
agua para mi mal
no me lo niegues, Señor yo te suplico
oxígeno mi vida, oxígeno mi Dios.
Y a los que les gusta
grabar con torpeza
en mi corteza, me sale
mi sangre norteña
y que se saquen la vaina
hacerse la puñeta, que eso nada
les cuesta.
Que se vayan
a grabar sus nombres
o apodos, en el culos
de sus madres.