Fue muy triste y duro para mí
abandonar a mis viejos,
alejarme de la muchachada y
del barrio querido
en donde jugábamos fútbol con una pelota de trapo
en la calle Ancha, Cinco Esquinas.
No había mucho tráfico en
los días de vacaciones en verano.
Tuve temor decirle a Consuelo
que me iba de viaje al extranjero
por algún reproche que no iba a poder soportar.
Después de algunos años,
el volver a mi barrio, me encontré
con el mismo aroma en que lo dejé.
Nada ha cambiado, todo sigue igual.
Sólo tristeza en los ojos de Don Julián,
porque había muerto su esposa Matilde.
¡Oye cholo!, ¡debajo de esa caja de cartón
tengo escondido unas botellas
de vino tinto. Descorcha una y compartamos
una copa por nuestra amistad,
por la salud. No de la mía, sino la de
mis hijas e hijos que no tardan
en llegar de su trabajo.
Me acuerdo que te enamoraste de una de ellas,
por eso he vuelto Don Julián. Todavía estoy entero
no sé por qué, te alejaste tanto tiempo
siento la necesidad de verlas, con la misma mirada
de ayer y confesarle a Consuelo que por ella
he vuelto…!
Tus cabellos los han teñido con el color de la aurora.
¡No Don Julián, son las canas que da la ausencia!
porque siempre he andado por el camino correcto.
El tiempo y los años son muy crueles, Don Julián.
No perdonan. Alcemos otra vez nuestra copa de
vino tinto y compartamos este momento alegre
lleno de recuerdos.
No sólo mis ensueños han vuelto, Don Julián.
Esto prolonga mis esperanzas. Verlas bien
a sus hijas, como eran antes. No sigas soñando
¡despierta cholo!, ¡que la vida es corta muy pronto
se va!. Todo cambia en este mundo y tú estas.
Irreconocible…!
Don Julián siempre se excedía en atenciones
con toda la muchachada del Barrio. No faltaba
el vino tinto, con bocaditos que sabían a gloria.
Vivamos el hoy, que importa el mañana decía
Don Julián.
Estaba oscureciendo y el viejo comenzó alegrarse.
No demoran en llegar mis hijas, dijo el dueño de
la casa, descorchando más botellas de vino tinto. El
decía que era de gran reserva.
Ellas fueron las primeras en llegar
Consuelo, Lupe, después Juliancito y Pepito.
Muy efusivas, con abrazos y besos, con saludos
francos de parte de ellos. Todos los seres humanos
necesitamos muestras de cariño y que nos den
la bienvenida.
En la modesta casa, pero muy acogedora
me sentía en el aire, con las atenciones de toda la
familia. Las seis copas se llenaron de vino tinto.
Decía que el vino era el mismo que tomaba
Cristo, que reconforta y bendice.
La mesa se llenó de platos, con aromáticos sabores.
Los rostros de Consuelo y Lupe seguían bellos
sin compromisos, solteras e intactas como cuando
las dejé. Pepe y Juliancito no estaban casaderos
todavía.
Consuelo me miró y tuve que bajar la mirada.
La sentía a ella como un reclamo.
¿Por qué te fuiste? He vuelto a reivindicar
y cumplir el amor que te juré.
¿No te parece… demasiado… tarde?
Todos los que nos alejamos llevamos una
carga pesada de dolor y pena pero no de olvido.
Si tú te llamas Consuelo, perdóname, consuélame
y regresa a mí.
Compartamos la copa de vino tinto.
El estar lejos de ti es estar lejos de todo.
Ver caras extrañas sin que nadie te brinde
la mano generosa y te ayude a superar
los malos tratos. No más lágrimas, Consuelo,
es lo que más necesito de ti.
Después de la comida y de las copas de vino
con entreveros, de los postres, el dueño de casa
nos invitó a cantar el himno de la vida .
Lleno de nostalgia, me puse a seguir la letra.
Alcemos nuestra copa de vino y brindemos
por la vida, por el amor, la alegría
que siempre hubo esperanza en el mañana.
Toma, canta, baila, goza, antes de ir a la posa.
Compartamos los momentos alegres, llenos de
dicha, viva el amor, viva el placer, viva la vida, que
mientras no nos falte estas tres cosas, lo demás
no importa. Salud, salud y más salud.
Las cosas que inspiran el “vino”
¿si Ud. a este mundo vino y no toma vino,
¿entonces para qué vino?
A un veterano vinero, le preguntaron
¿Don Lucho por qué cierra los ojos antes
de tomar vino? ¡Porque cuando veo el
vino!. ¡Se me hace agua la boca! y lo
peor es entreverar el vino con agua.
¡Del vino amargo, es que tu esposa te diga
anoche mi mamá vino..!
El vino dulce!
El amor vino!