Cuando nos casamos hace muchos
años todo era alegría, música,
bailes, mucho licor.
Después de jurarnos amor eterno
trabajé y planifiqué nuestras vidas
vinieron nuestros hijos, felicidad
completa, tú bailas en un pie,
y yo arriesgué todo por verte feliz.
Con los años afloran los defectos
más aun cuando estás jubilado y
sientes cierto abandono de tu
mujer e hijos.
Verdad que estoy viejo física y
mentalmente estoy mejor, pero mi
mujer y mis hijos me han traído a
una casa de reposo.
Esto no es ningún reposo, ni gozo
son casas de maltratos y olvidos
tampoco me dejan salir. La soledad
te duele, pero el olvido te mata.
No quisiera acordarme de ti. Sólo
me acuerdo cuando era soltero te
apuesto que si me muero por todo
lo que hiciste me voy al cielo.